miércoles, 22 de noviembre de 2017

El cambio climático que propició que millones de alemanes emigrasen a EE.UU

ABC Ciencia


Desde Trump hasta Heinz, algunos apellidos famosos tienen su origen en los germanos que viajaron a América del Norte en el siglo XIX.

Cinco millones de alemanes emigraron al otro lado del Atlántico en el siglo XIX - Unión Europea de Geociencias


Donald Trump, presidente de EE.UU., ha mostrado en numerosas ocasiones su escepticismo ante el calentamiento global. Su más famosa manifestación al respecto fue un tuit de 2012 en el que decía que era un engaño de los chinos y el pasado junio desvinculó a su país del Acuerdo de París. Lo que quizás no sepa el dirigente más poderoso del mundo es que un cambio climático, en esa ocasión provocado por agentes naturales, fue uno de los motivos que llevaron a cinco millones de alemanes a emigrar al otro lado del Atlántico en el siglo XIX. Entre ellos, precisamente, los primeros Trump y otras familias con apellidos que nos resultan familiares por los emporios que crearon, como Heinz, la famosa mayonesa, o Pfizer, la importante compañía farmacéutica.
La emigración de los alemanes a América del Norte no solo fue provocada por la pobreza, la guerra y las revoluciones que convulsionaron el país en esa época, sino también por cambios en el clima, según una investigación llevada a cabo por la Universidad de Friburgo. Comenzando en el final del período frío conocido como la Pequeña Edad de Hielo, el siglo vio cómo los glaciares avanzaban en los Alpes, una serie de inviernos heladores y veranos frescos, y otros eventos climáticos extremos como las sequías y las inundaciones.
«En general, encontramos que el clima explica indirectamente hasta un 20% o 30% de la migración desde el sudoeste de Alemania a América del Norte en el siglo XIX», dice Rüdiger Glaser, autor principal del estudio, publicado en la revista «Climate of the Past».
Los investigadores pudieron ver una firma climática en la mayoría de las principales olas de migración del suroeste de Alemania durante el siglo XIX. «La cadena de efectos es claramente visible: las malas condiciones climáticas conducen a bajos rendimientos de los cultivos, al aumento de los precios de los cereales y finalmente a la emigración», dice Glaser. «Pero es solo una pieza del rompecabezas».
«Nuestros resultados muestran que la influencia del clima se marcó de manera diferente durante las diferentes olas de migración», agrega Iso Himmelsbach, otro de los investigadores de la Universidad de Friburgo que ha participado en el estudio.
El equipo estudió estadísticas oficiales de migración y datos de población del siglo XIX, así como datos meteorológicos, cifras de cosecha y registros de precios de cereales. Se centraron en la región que ahora es el estado de Baden-Württemberg, donde se originaron muchos de los inmigrantes, como Charles Pfizer, uno de los fundadores de la farmacéutica. Comenzaron por identificar las principales olas de migración y luego investigaron en qué medida el clima desempeñó un papel en el impulso de las personas hacia América del Norte durante cada una de ellas.

El volcán que enfrió el clima

La primera ola siguió a la erupción del volcán Tambora en Indonesia en 1815. Las cenizas volcánicas y los gases arrojados a la atmósfera causaron que la temperatura cayera en todo el mundo durante algunos años después de la erupción. El «año sin verano», 1816, fue húmedo y frío, causando pérdidas generalizadas de cosechas, hambre y emigración.
«Otro año pico de migración, 1846, tuvo un verano extremadamente caluroso y seco que condujo a malas cosechas y altos precios de los alimentos», dice Annette Bösmeier, coautora del estudio. «Estos dos años de altos números de migración parecen estar bastante influenciados por los cambios climáticos, mientras que para otras olas de migración otras circunstancias parecen ser más importantes», agrega.
El clima fue un factor menos significativo en la ola de emigración más grande, de 1850 a 1855, encontraron los investigadores. Si bien el clima desfavorable afectó a los cultivos y provocó bajas cosechas durante este tiempo, otros factores también impulsaron los precios de los alimentos. Durante la Guerra de Crimea (1853-1856), por ejemplo, Francia prohibió las exportaciones de alimentos, ejerciendo presión sobre los mercados de granos alemanes. En ese momento, las autoridades de Baden también pagaron a las personas más pobres para que abandonaran el país en un intento de prevenir levantamientos y ahorrar en asistencia social. Esto también impulsó los números de emigración.
«La migración en el siglo XIX fue un proceso complejo influenciado por múltiples factores: la falta de perspectivas económicas, la presión social, el desarrollo de la población, las disputas religiosas y políticas, la guerra, los lazos familiares y la promoción de la emigración desde diferentes lados influyeron en la decisión de cambiar de país», concluye Glaser. «Sin embargo, vemos claramente que el clima fue un factor importante».
En los últimos años, el clima ha ocupado un lugar central en las discusiones sobre migración ya que se espera que el cambio climático conduzca a una migración masiva (refugiados climáticos) a medida que aumenta el nivel del mar y los fenómenos meteorológicos extremos, como inundaciones, sequías y huracanes, se vuelvan más frecuentes.

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