domingo, 19 de noviembre de 2017

ORIENTE PRÓXIMO: Israel y Arabia Saudí, unidos ante su enemigo común iraní. 4º ESO

EL MUNDO Internacional
Sal Emergui

Tanques israelíes en una posición cercana a la frontera con el Líbano. MENAHEM KAHANAAFP-PHOTO


- Por primera vez en la historia, el jefe del ejército israelí es entrevistado por un medio saudí.

Con el histórico duelo entre Irán y Arabia Saudí reactivado en torno a la dimisión del primer ministro libanés, Saad Hariri, no es casual que el jefe del Ejército israelí, Gadi Eizenkot haya concedido por primera vez una entrevista a un medio saudí en la que ofrece cooperación en materia de Inteligencia "para hacer frente a Irán".
Nunca antes, un diario de este país árabe, sin relaciones diplomáticas con Israel, había aceptado dar espacio a una figura tan importante como el responsable de las Fuerzas Armadas israelíes. Nunca antes, éste había mostrado en público su disposición a colaborar con el líder del bloque suní reconociendo además que tienen la misma posición en lo que concierne a Irán que define como "la mayor amenaza para la región".
Más allá del contenido, la entrevista supone paso más en la normalización de las relaciones de Arabia Saudí con Israel siempre condicionada a la resolución del conflicto con los palestinos. Con el 2018 a la vuelta de la esquina, Israel no sólo ha dejado de ser el enemigo de Riad sino que es visto como un socio en la coalición para "contener" el eje iraní-chií presente en el Líbano, Yemen, Siria, Iraq y la Franja de Gaza.
"Irán quiere tomar el control de Oriente Medio. Si es necesario, estamos dispuestos a compartir información de Inteligencia con países árabes moderados. Los intereses con los saudíes son comunes frente a Irán", declaró Eizenkot al "Elaph" en una entrevista criticada por dos grupos bajo el paraguas iraní: el libanés Hizbulá y el palestino Yihad Islámica.
Cabe destacar que Eizenkot coincidió con su homólogo saudí en una reunión de jefes militares que tuvo lugar hace varias semanas en Washington. El discurso que hizo el oficial árabe sobre "el peligro iraní" lo podía haber firmado él mismo.
Irán contempla la entrevista del oficial número 1 de Israel en un medio saudí como un ejemplo de la alianza entre su gran rival suní y su gran enemigo al que suele llamar como "ente sionista". A raíz de la grave crisis en torno a la dimisión y supuesta detención de Hariri en Riad, el líder de Hizbulá, Hassan Nasrala denunció que la monarquía saudí pidió a Israel que ataque a sus efectivos armados en el Líbano a cambio de muchos petrodólares.
En este sentido, Eizenkot ha aclarado que Israel no tiene ninguna intención de atacar a Hizbulá en el Líbano añadiendo por si acaso que no aceptarán "ninguna amenaza estratégica". En los altos mandos militares israelíes no creen que la tensión en el triángulo Teherán-Beirut-Riad arrastre a Israel a una guerra no deseada en el país vecino.
"Estoy feliz por los 11 años de calma en los dos lados de la frontera, vemos intentos iraníes que pueden desembocar en una escalada pero no veo que tenga en estos momentos una probabilidad muy alta", señaló además de confesar su "sorpresa" por la dimisión de Hariri.
Eizenkot reiteró que no permitirán la presencia de bases o fábricas de armas iraníes en Siria y en especial cerca de su frontera. En un mensaje a Siria, Irán y los grupos armados Hizbulá, Hamas y la Yihad Islámica, avisó: "Desde el punto de vista militar, Israel está mejor que nunca. Y todos los saben".
El analista especializado en el mundo árabe Oded Granot afirma que "de momento los misiles que Irán envía a Hizbulá para dañar a Israel son disparados desde Yemen contra el aeropuerto de Riad. La creciente presencia de Irán en Siria e Líbano es una amenaza no solo para Israel sino para los intereses de Arabia Saudí y la corriente suní en esos dos países".
El portavoz de Exteriores iraní, Bahram Qasemi ha replicado las acusaciones saudíes según las cuales, "Irán provoca tensión e inestabilidad en todos los lugares donde está". "Los países de la zona no ha visto nada positivo de Arabia Saudí, sólo violación de derechos humanos, intentos divisionistas y bloqueo económico de sus vecinos", ha declarado Qasemi este viernes.
El fondo y la forma de la entrevista de Eizenkot obtuvieron la luz verde del Gobierno de Benjamín Netanyahu.
Según diversas fuentes, Arabia Saudí apoya el plan de paz israelopalestino que en los próximos meses presentará el presidente estadounidense Donald Trump. Precisamente, el "obstáculo" que impide que la alianza anti-iraní sea más estrecha y salga completamente de la sombra es el estancamiento del dialogo con los palestinos. Netanyahu suele hablar de "oportunidades para nuevas alianzas regionales ante el terrorismo de Irán" pero sabe que la relación con Riad y otras capitales árabes pasan por un acuerdo con los palestinos-o al menos un significativo avance en el proceso de paz- que acabe con el desmantelamiento de colonias en Cisjordania y la creación de un Estado palestino. Y sabe que su coalición de Gobierno se opone a concesiones en la negociación con el presidente Abu Mazen.
Tampoco es casual que hace dos semanas Abu Mazen fuera invitado a una reunión en Riad. Arabia Saudí quiere asegurarse que Hamas se desvincule completamente de Irán mientras se aplica el frágil plan de reconciliación interna palestina. Una muestra más de que en el tablero de Oriente Próximo, los escenarios suelen estar muy relacionados

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