domingo, 19 de noviembre de 2017

Un dictador africano, su esposa y dos viejos amigos con ganas de poder. 4º ESO

EL PAÍS Internacional
Gemma Perellada

Los protagonistas de la última crisis de Zimbabue con ecos de golpe de Estado.


El presidente Mugabe (d) y su esposa, Grace Mugabe, durante un mitin el 8 noviembre, en Harare REUTERS


1-Robert Mugabe, el camarada Bob

Robert Gabriel Mugabe, a sus 93 años, se ha sentido muy cómodo en el poder. Pero, aunque el camarada Bob —como se le llama cariñosamente— ha manifestado que no tiene ninguna intención de retirarse, la batalla por la sucesión ya se fragua a su alrededor y, a su avanzada edad y con una salud frágil, tiene cada vez el paso menos firme.
El líder de Zimbabue es el presidente más anciano del mundo; después de Teodoro Obiang, es el segundo en el podio africano de los que más años han pasado gobernando su país; y es el líder omnipresente del Zimbabue postcolonial. Pero, con la oposición gestionada a base de represión, la lucha por el relevo se alimenta no entre sus detractores sino entre sus fieles. Por un lado, la juventud del G40 con su esposa, Grace Mugabe, a la cabeza; por el otro, los veteranos de la guerra de liberación, que son la cúpula del Ejército.
El exvicepresidente Emmerson Mnangagwa, uno de los posibles sucesores de Mugabe
El exvicepresidente Emmerson Mnangagwa, uno de los posibles sucesores de Mugabe  AP
Nacido bajo el sistema colonial cuando Zimbabue aún se llamaba Rhodesia y estaba gobernada por la minoría blanca, el exprofesor Mugabe con siete carreras universitarias se convirtió en líder revolucionario en los años 60. Listo, convencido y comprometido, se implicó en la lucha por la liberación y pasó 10 años en la cárcel por subversión contra el régimen racista. Pero desde que en 1980 Mugabe tomara el poder, hace 37 años, sus políticas han ido mancillando la imagen de héroe revolucionario. El autoritarismo y la mala gestión han generado la fuga de cerebros y la degradación social y económica del país. La crisis económica que en 2007 llegó a dejar el país sin víveres y con una inflación descontrolada acabó por erradicar la moneda local.

2- Grace Mugabe, la primera dama

En Zimbabue dicen que Grace Mugabe siempre consigue lo que se propone. Su obstinación y perseverancia apuntan ahora a la cima del poder. La primera dama conoció al presidente, 41 años mayor que ella, cuando era mecanógrafa en la oficina presidencial y empezaron su relación cuando la primera esposa de Mugabe, Sally, muy querida por el pueblo zimbauense, se desvanecía en su enfermedad terminal.
Conocida al principio por su afición a las compras y a la elegancia, además de su participación en obras de caridad, Grace Mugabe, o Gucci Grace, ha cambiado últimamente su apetito y ha empezado a maniobrar en el camino para la sucesión del incombustible Mugabe.
El general Chiwega, el jefe de las Fuerzas Armadas de Zimbabue, en una imagen de noviembre
El general Chiwega, el jefe de las Fuerzas Armadas de Zimbabue, en una imagen de noviembre  AFP
En 2014 ya provocó la destitución de la vicepresidenta Joice Mujuru, tildándola de "incompetente, extorsionista y corrupta", y ahora, ha vuelto a hacer limpieza apartando al nuevo vicepresidente, Emmerson Mnangagwa en una artimaña que ha desatado al Ejército. Veterano de guerra e incondicional del partido, Mnangagwa es uno de los candidatos a la sucesión de Mugabe. Por lo tanto, un rival para DisGrace, como se le llama con menos cariño.

3-Emmerson Mnangagwa, el cocodrilo

Era un fiel a Robert Mugabe, uno de los amigos más antiguos del presidente, del círculo, del régimen. Y ahora se erige como su sucesor. Pero Emmerson Mnangagwa, alias El Cocodrilo, se quedó la semana pasada sin toda esa confianza y sin la vicepresidencia del país. Su expulsión ha sacado al Ejército a la calle. El que fuera número dos del Gobierno y mano derecha de Mugabe osó decirle al gran jefe que el partido no era una propiedad personal dónde él y su esposa podían hacer lo que quisieran.
Y la osadía ha soplado el laberinto de naipes.La familia política del viejo Mugabe son los veteranos de guerra que crecieron como revolucionarios en la guerra de liberación y que llevan casi cuatro décadas en el poder, en las altas esferas y en el Ejército. Mnangagwa, de 75 años, había sido Ministro de Defensa antes de llegar a vicepresidente. Pero ahora, la joven esposa Grace Mugabe les está retando. Ella representa la joven generación que no vivió la opresión del gobierno colonial, quiere el mismo puesto al que aspira Mnangagwa - el que ocupa su marido-, y con su cercanía, está ejerciendo influencia hacia el nonagenario. Pero “el clan”, no está dispuesto a dejarse barrer tan a la ligera.

4-Constantino Chiwega, el garante del status quo

El general Chiwega, el jefe de las Fuerzas Armadas de Zimbabue, advirtió que no permitiría la purga dentro del partido. Y ha acabado desafiando, con el Ejército, al hasta ahora intocable Robert Mugabe. Chiwega pertenece también del círculo próximo de Mugabe, es parte del clan de veteranos de guerra instalados en el poder, y está dispuesto a proteger al núcleo duro de los veteranos, que ahora se están viendo amenazados por la influencia de Grace Mugabe, la esposa. Como el matrimonio Mugabe, Chiwega también está bajo en la lista oficiales zimbabuenses sancionados y no puede viajar a Europa ni Estados Unidos. Y fue de los afortunados amigos de la élite que se benefició de las tierras redistribuidas por la reforma agraria.
La destitución del vicepresidente Mnangwawa la semana pasada, significó la peligrosa violación de una línea roja para el anciano y poderoso entorno de Mugabe. Se les está barriendo y ven cómo la nueva generación –aquella que no luchó la guerra por la independencia y que toma forma política dentro del Zanu-PF con el grupo de los G40, apoyado por Grace Mugabe- se abre paso gracias a los manotazos de Mugabe, muy frágil de salud.
A pocas horas del levantamiento militar ahora en curso, Chiwega advirtió que “si se trata de proteger nuestra revolución, el Ejército no dudará en intervenir”. La guerra de sucesión entre Grace y el status quo amenaza con acelerar la salida del presidente más viejo del mundo.

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