jueves, 17 de mayo de 2018

Una segunda familia comete un ataque suicida contra la policía en Indonesia.

EL PAÍS INTERNACIONAL
Paloma Almoguera

En apenas 24 horas se han producido cinco explosiones en Surabaya, la segunda ciudad del país.



La ciudad de Surabaya, en el norte de la isla de Java, continúa sumida en el terror. Una familia de cinco miembros, entre ellos una niña de ocho años, perpetró este lunes un ataque suicida en una comisaría de la ciudad, dejando como mínimo diez heridos (cuatro policías y seis civiles). Los cuatro suicidas adultos han muerto en la detonación y el niño de ocho años está recibiendo tratamiento psicológico. Apenas 24 horas antes, otra familia, un matrimonio y sus cuatro hijos, incluidas dos niñas de entre 9 y 12 años, se inmoló en tres iglesias cristianas de la misma urbe. El ISIS se ha atribuido la autoría de ambos atentados a través de Amaq, su órgano propagandístico.
El jefe de la policía nacional, Tito Karnavian, aseguró que la familia de cinco miembros circulaba en dos motocicletas cuando hizo detonar los explosivos frente a la comisaría este lunes. “La pequeña salió despedida, sobrevivió y está recibiendo cuidados en el hospital de Bhayangkara”, indicó Tito, citado por Efe.
El ataque se produjo en el control de seguridad a las puertas del edificio policial, hiriendo al menos a diez personas, entre ellas policías y civiles, a las 8.50 hora local (1.50 GMT).
La policía vincula este ataque a los atentados contra tres iglesias cristianas que tuvieron lugar el domingo en Surabaya, la segunda ciudad más grande de Indonesia, y a otro incidente protagonizado por una tercera familia horas después. Todas las familias están vinculadas, según Tito, al grupo yihadista indonesio Jemaah Ansharut Daula (JAD), afín al Estado Islámico.
En el caso de los ataques perpetrados contra tres iglesias cristianas, la policía culpabiliza del mismo a una familia de seis miembros que había regresado de Siria: un matrimonio y sus cuatro hijos, dos adolescentes varones de entre 16 y 18 años y dos niñas de entre 9 y 12.
El padre, Dita Priyanto, era el líder de la célula local de JAD, según las investigaciones policiales. El hombre, que llevaba la mayor carga de explosivos en un coche bomba, hizo estallar el vehículo en una iglesia pentecostal, después de dejar a su esposa y las niñas, que llevaban cinturones con explosivos, en un templo protestante. Los hijos, por su parte, utilizaron una motocicleta para atentar contra otra iglesia católica. Las explosiones se produjeron durante la misa matutina del domingo.
El jefe de la policía indonesia aseguró que se trata del primer ataque mortal cometido por una mujer en este país, así como la primera ocasión en la que están involucrados menores. El ISIS reivindicó el atentado a través de su agencia de propaganda, Amaq. Se trata del peor ataque perpetrado por este grupo yihadista en el país con más musulmanes del mundo desde su primer golpe, en enero de 2016. Cuatro civiles murieron entonces en una serie de explosivos y disparos en el corazón de la capital, Yakarta.
La misma noche del domingo, horas después de los atentados en las iglesias, tres personas fallecieron y otras tres de la misma familia resultaron heridas debido a la explosión de una bomba en una vivienda cerca de una comisaría de Siduarjo, al sur de Surabaya. La policía informó de que la explosión mató a la mujer y a uno de los hijos, mientras el padre, sorprendido por las fuerzas de seguridad sosteniendo el explosivo, fue disparado y abatido. La policía investiga si la explosión fue un error y el plan era atentar en otro lugar.
Ante los últimos ataques yihadistas —ISIS también asumió la autoría de otro incidente ocurrido el pasado martes en una prisión al sur de la capital, Yakarta, en el que un grupo de presos mató a cinco policías durante un motín—, las autoridades han decretado alerta máxima por amenaza terrorista en Yakarta y en Java Oriental. El presidente indonesio, Joko Widodo, ha anticipado este lunes su voluntad de sacar adelante una nueva ley antiterrorista para combatir a las células islamistas que operan en el país.
De toda la región, Indonesia cuenta con el mayor número de grupos terroristas afines al ISIS: al menos 22, según el Centro Internacional para la Investigación sobre Terrorismo.
Las fuerzas de seguridad indonesias ya advirtieron el año pasado de la existencia de “células de ISIS durmientes en casi todas las provincias del país”, tradicionalmente moderado. Y anticiparon la posibilidad de que la amenaza de ataques aumentara a medida que los centenares de combatientes indonesios que viajaron a Siria e Irak para sumarse a ISIS regresaran, ante las derrotas del grupo en Oriente Medio.
Indonesia, donde el 88% de sus más de 260 millones de habitantes practica el islam, ha sido víctima de varios ataques yihadistas en los últimos años. En 2002, un atentado en Bali causó la muerte a 202 personas. Es el golpe más mortífero que ha sufrido el archipiélago. Al Qaeda fue el responsable.

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